Cómo memorizar una partitura y no morir en el intento

Uno de los momentos más angustiosos para un músico es quedarse en blanco en mitad de una interpretación en público. Y es que tocar de memoria puede ser un gran desafío para muchos, pero es una habilidad que debes trabajar como parte de tu estudio diario.

La memoria musical

La memoria muscular suele ser el tipo de memoria más utilizada por los músicos, aunque es la menos eficaz al basarse fundamentalmente en la repetición. Los dedos aprenden el movimiento a base de repetirlo y lo ejecutan “automáticamente” o, lo que es lo mismo, de forma inconsciente. Si has memorizado una obra sólo así es muy probable que sufras un lapsus de memoria cuando te preguntes algo conscientemente acerca de la interpretación.

Recuerda que existen también otros tipos de memoria que deberías utilizar, como la auditiva, la visual, la emocional, la sensorial o la analítica, por ejemplo. 

Está demostrado que la mejor manera de memorizar algo es a través de los cinco sentidos, aunque en el caso de los músicos los más importantes son el oído, la vista y el tacto (memoria muscular).

10 estrategias para memorizar una partitura

  1. Sólo un compás a la vez. Comienza a memorizar la partitura por el primer compás y, una vez aprendido, sigue con el segundo. Repítelo cuatro veces sin partitura y añade otro compás más. Debes repetir este proceso siempre desde el principio y añadir un nuevo compás cada vez.

  2. Asigna significado a las notas. Utiliza tu imaginación y dota a la partitura de significado. Escribe los sentimientos que te transmiten algunos pasajes o la obra entera. Utiliza la imaginación y crea una historia ligada a la música que tocas, con distintos personajes y diálogos entre ellos. Se creativo y asocia distintas imágenes a secciones de la pieza.
  3. Estudio mental. Cuando se compagina el estudio mental con la práctica física el resultado final se incrementa notablemente. Si quieres saber más sobre esta técnica puedes leer mi artículo "Estudiar mentalmente: la asignatura pendiente del estudiante de música".

  4. Tocar sin sonido. Una de las técnicas más útiles que aprendí de los grandes maestros para aprender una partitura es la de tocar una obra sólo con los dedos, pero sin emitir sonido. En el caso de la guitarra o de otros instrumentos de cuerda, esto se consigue simplemente utilizando la mano izquierda (aunque resulta especialmente útil también hacer lo mismo pero únicamente con la derecha). 
  5. El método Loci. Se trata de un método mnemotécnico que se utiliza para entrenar la memoria y cuya idea principal es asociar nueva información con información que ya tienes almacenada. Ejemplo: Asocia distintos pasajes o frases musicales de la obra con distintos lugares concretos que se encuentran a lo largo de la ruta que sigues de tu casa al conservatorio. Cuando realices el recorrido y a medida que pases por esos lugares, canta interiormente los pasajes que has escogido para cada uno de ellos. Aunque pueda parecer complicado en un primer momento, es una herramienta muy útil que sirve para cualquier cosa que quieras memorizar. Puedes leer más sobre este método aquí.

  6. Canta. Cantar la música te permitirá memorizarla mejor y te ayudará además a desarrollar tu oído interno.
  7. Usa colores. Escoge colores para cada una de las secciones de la partitura. Puedes colorear incluso las distintas frases o asignar un color a cada una de las notas. Ejemplo: el morado para el Do (visita en esta web la asociación de cada una de las notas con distintos colores). Fotocopia la partitura y coloreala entera. Tendrás un elemento visual más que te ayudará a recordar la pieza.

  8. Transcribe la partitura. Aunque puede resultar pesado, una buena idea es transcribir toda la partitura a mano en un pentagrama, incluyendo las indicaciones de tempo, dinámicas, articulación...

  9. Analiza la música. No se trata de realizar un análisis profundo de la obra, que sin duda ayudaría mucho también, pero sí de tener claro las distintas secciones de la pieza (introducción, exposición, desarrollo, etc.).
  10. La repetición. Qué duda cabe que la repetición es básica para memorizar un partitura. Sin embargo, debes evitar la repetición puramente automática y para ello puedes utilizar alguna de estas estrategias.