50 consejos para un estudio eficaz

Consideraciones previas

1.   Intenta mantener una rutina de estudio, si es posible siempre a las mismas horas y lugar.

2.   Es mejor realizar dos sesiones al día más cortas, que una larga seguida.

3.  Descansa completamente un día por semana y realiza algún tipo de ejercicio equilibrado como natación, Yoga o Tai chi. 

4.  El lugar de estudio debe ser lo más cómodo y adecuado posible, vigilando que sea silencioso y con buenas condiciones de luz y ventilación.

5.   Aunque parece obvio, recuerda que tocar no es lo mismo que estudiar.

6.  La concentración es un factor clave para estudiar eficazmente. Focaliza tu atención y permanece mentalmente activo durante la práctica.

7. Lo importante no es la cantidad de horas que se estudia, sino la calidad de las mismas. En cualquier caso el tiempo que se dedica dependerá de diversos factores como la edad y el nivel académico, el nivel de aspiraciones personales de cada uno, la capacidad de concentración o el volumen de material a trabajar.

8.   Realiza un descanso de 15 minutos cada 45 o 50 minutos de práctica aproximadamente. De esta manera conseguirás evitar futuras lesiones por sobrecarga y además asimilarás mejor lo estudiado, ya que el cerebro tiende a recordar mejor los principios y los finales de una actividad.

9.   La música no es competición. No cometas el error de compararte con los demás continuamente. Si quieres competir, compite contigo mismo.

10.  No incrementes repentinamente el tiempo de estudio.

11. Oras maneras de practicar: escuchar música, leer sobre aspectos relacionados con tu instrumento o sobre la obra y autor que estés estudiando, asistir a conciertos, aprender sobre la historia de la música, armonía, análisis musical…

12.  Se constante y disciplinado. Se trata del camino más directo y seguro para alcanzar tus propósitos. Recuerda que si quieres destacar en cualquier disciplina, deberás esforzarte continuamente. Define unos objetivos claros, establece una programación (diaria, semanal, mensual y anual) y respétala.

Antes de comenzar la sesión de estudio

13.  Organiza y planea tu sesión de estudio. Márcate objetivos concretos y comprueba al final si los has cumplido.

14. Cerciórate de que tienes todo preparado y que cuentas con todo lo necesario (partituras, cuaderno o agenda, lápiz, goma, atril, metrónomo, afinador...). Silencia tu teléfono móvil y evita cualquier tipo de distracción.

15.  Dedica unos minutos a prepararte corporal y mentalmente.

16.  El calentamiento debe ser considerado como una parte esencial en cualquier sesión de estudio. Bastan 10 minutos de ejercicios de este tipo para evitar futuras lesiones indeseables.

Al comenzar una nueva obra

17.  Prepara la partitura: numera los compases, identifica las posibles dificultades, establece el tempo final, etc.

18.  Elige música que te guste. Si no te entusiasmas o logras despertar afinidad con una obra, difícilmente vas a poder sentir algo con ella y, mucho menos, transmitir esa emoción al oyente. ¿Acaso no es ese el objetivo de cualquier artista?

19.  Si no tienes elección, tómala como un desafío y un reto para mejorar tú técnica y musicalidad. Conviértela en la excusa perfecta para desarrollarte como músico.

20.  Genera una primera imagen de la pieza atendiendo a los siguientes aspectos: el título, el tipo de pieza que es, estilo, tempo y signos de expresión más utilizados, tonalidad, la forma de las líneas melódicas, el ritmo, la estructura armónica y la arquitectura de la obra, es decir, cuál es la forma musical y cómo se relacionan cada una de sus secciones.

21.  Absorbe el sonido, estilo y significado de la obra. Escucha grabaciones y vídeos de los grandes maestros, así como música del mismo periodo y de otros instrumentos.

22.  Lee material complementario. Una forma más de adentrarte en el estilo de la música que tocas es leyendo sobre ella. Investiga sobre el contexto cultural general en el que vivió el autor. Recuerda que el compositor no vive al margen de la sociedad de su tiempo y que, frecuentemente, la ciencia, la filosofía, la pintura, la arquitectura, la escultura o la literatura ejercen influencia en su obra.

23.  Analiza la pieza y ve más allá de lo puramente teórico. Apela a tu instinto musical.

24.  Realiza una buena digitación. La digitación debe responder a tu idea musical. Experimenta con distintas posibilidades y decide cuál de ellas es la más natural y musical. Casi siempre existen distintas posibilidades de tocar un determinado pasaje. Prueba y se imaginativo.

Durante tu sesión de estudio

25.  Estudia muy lentamente para permitir a tu mente y a tus dedos generar buenos hábitos y evitar cometer errores después. Al bajar la velocidad, serás capaz de pulir la interpretación.

26.  Dedica un máximo de entre 5-10 minutos a resolver cada uno de los problemas que vayan surgiendo en el estudio. La variación es la clave para una práctica eficiente.

27.  Divide los pasajes complejos en pequeños fragmentos o secciones y trabájalos por separado.

28.  Destina 10 o 15 minutos diarios a la educación auditiva (identificación de acordes e intervalos, progresiones e inversiones de acordes, dictados rítmicos y melódicos, etc.). La afinación está estrechamente relacionado con esto y es uno de los factores que determina la calidad de un músico.

29.  Con la obra que estés estudiando como excusa, presta especial atención cada semana en mejorar un aspecto fundamental de la interpretación de tu instrumento.

30.  Obsesionarse con conseguir mayor velocidad en un corto periodo de tiempo puede desembocar en una lesión.

31.  Escribe todo lo que necesites en la partitura (fraseo, digitación, pasajes técnicamente difíciles, errores comunes...) y lleva un diario personal sobre lo que vas aprendiendo.

32.  Estudia siempre los pasajes con un sentido musical y desde al menos un compás antes y después de donde esté el problema.

33.  Si lo puedes escuchar en tu cabeza, lo puedes tocar. El sonido nace primero en tu mente y resulta indispensable saber siempre cuál es el resultado musical que se busca.

34.  Al menos una vez por semana grábate en audio o en vídeo. Escúchalo y date una clase magistral a ti mismo. ¿Qué tienes que mejorar? ¿Cómo está la afinación y el tempo? ¿Mejor que la semana anterior? Haz anotaciones y escribe un pequeño diario con tu evolución.

35.  Comienza desde distintos puntos de la partitura y ten siempre varios lugares desde los que puedas empezar a tocar si te quedas en blanco.

36.  Intenta siempre que puedas estudiar enfrente de un espejo para corregir tu postura y evitar tensiones innecesarias. Es importante que seas consciente de tus sensaciones corporales y que las compares con lo que observas en el espejo.

37.  Dedica 5 minutos cada cierto tiempo (dos semanas, por ejemplo) a tocar una sola nota en tu instrumento a una velocidad lenta. Este simple ejercicio, además ser casi hipnótico y meditativo, te permitirá centrarte en mejorar tu sonido y tocar relajado.

38.  Minimiza tu diálogo interior y céntrate en escucharte atentamente.

39.  Evita repetir un fragmento obsesivamente si no estás concentrado y tu mente está extraviada en otros pensamientos. La repetición genera hábitos y el cerebro no distingue entre buenos o malos. Por eso debes prestar gran atención siempre que repitas un pasaje.

40.  Cuando se presente una dificultad técnica o cualquier otro problema interpretativo, sigue estos cuatro pasos que ya desarrollé en “Cómo solucionar un problema técnico o musical”: identifica el problema, defínelo y analízalo (se específico y objetivo), estúdialo a “cámara súper lenta” y aplica técnicas de resolución variadas, como variar el ritmo, trabajar el pasaje desde el final u omitir algunas notas, por ejemplo.

41.  Presta atención a tu respiración, ya que suele ser relativamente frecuente contenerla ante un pasaje complejo. Intégrala en tu interpretación siguiendo estos sencillos pasos.

42.  Aumenta progresivamente el nivel de dificultad. Comienza y acaba siempre con una rutina básica de estudio centrada en aspectos como el sonido, escalas, arpegios o estudios sencillos.

43.  Utiliza el metrónomo. Si practicas sin metrónomo no tendrás una manera objetiva de saber si el tempo es correcto.

44.  Una vez que seas capaz de tocarlo a tempo con el metrónomo, dedica también tiempo a trabajar sin él.

45. Acostúmbrate a cantar siempre todo lo que toques, aunque no tengas buena voz; así, perfeccionarás tu oído y mejorarás tu afinación.

46.  Escucha la música que estés estudiando en tu cabeza y prestando atención a todos los aspectos de la partitura. Si hay algún pasaje o sección que no la escuches claramente, debes practicarla después más concienzudamente.

47.  Visualízate tocando con todo lujo de detalles.

48.  Practica mentalmente. Tu mente es la mejor herramienta para memorizar y refinar una pieza musical. Si eres capaz de escucharla, verla y sentirla en tu cabeza, tendrás la seguridad de tocarla en público. Por eso, una vez hayas estudiado la obra durante un tiempo, puedes comenzar a practicarla mentalmente, tal y como describí en "Estudiar mentalmente: La asignatura pendiente del estudiante de música".

49.  Antes de una actuación en público, haz un pase de la obra para alguna persona o grupo de personas de confianza como tu familia o tus amigos.

50.  Y finalmente: ten paciencia, disfruta del trayecto y pon pasión y amor en lo que haces. Quizás el consejo que resume todo lo anterior.